Autor: Mamen Sánchez
Con este título tan prometedor, poético y sugerente, el lector espera encontrar una prolongación en su contenido.
Sin embargo, esta novela resulta artificiosa en la historia, en el modo de contarla y en el estilo literario.
La historia es tan enrevesada que carece de interés porque se transforma de original en irreal. La autora además la desarrolla con tan inesperados cambios en el tiempo (del presente a distintas épocas del pasado y viceversa) que complica innecesariamente el seguimiento del hilo argumental. Y, por último y por encima de todo, su lenguaje está tan ampulosamente recargado de metáforas, comparaciones y ornamentos que producen desasosiego. Seguramente si hubiera estado bien contado, todo el libro se habría dignificado.
Ninguno de sus personajes representa la bondad, ni siquiera las protagonistas, Clara y Greta, y el bien último que se obtiene es una venganza. De este modo, al acabar su lectura no se comprende bien qué ha querido transmitir la escritora y si han merecido la pena tantas páginas y tantos giros de guión.
Definitivamente, lo más bonito del libro es su título.
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