Autor: R.J. Palacio
August
es un niño con una malformación facial que produce rechazo en quien lo ve. No
sabemos exactamente qué le pasa, pero está claro que debe tratarse de algo muy
notable ya que condiciona su vida entera. Sus padres dudan si debe ser
escolarizado, y de hecho, retrasan hasta el quinto grado debido a tantas
operaciones y enfermedades que había padecido y, por supuesto, al miedo al
rechazo.
Pero
llega el momento ineludible de acudir al colegio. Y, desgraciadamente, todos
los temores toman cuerpo. A lo largo del relato le vemos aprender a manejarse
en un territorio hostil con bastante buen humor, e ir superando las penalidades
generadas por su propio aspecto. Resulta muy fácil ponerse en el lugar de
August y juzgar con dureza a sus compañeros, pero un pequeño ejercicio de autocrítica
no está de más. Seguramente hemos de reconocer con humildad haber sido como
ellos más de una vez. En cualquier caso, es una buena ocasión para recordar que
la voluntad, la bondad y el humor superan
las dificultades objetivas o imaginadas que nos presenta la vida; y que es
mejor no enredarse en ellas y ocuparse de los demás. Sin duda es un relato
positivo y lleno de esperanza, con grandes valores como la amistad, la
superación y la familia.
Es
una literatura algo sencilla, pienso que porque va dirigida a gente joven. En
general, echo en falta un poco más de profundidad en los libros destinados a
ese público. En esas edades adolescentes es cuando más se suele leer y por eso
creo que es el mejor momento para que grandes pensamientos y estructuras
literarias se fijen en sus pequeñas y desmadejadas mentes. Es una pena
desperdiciar esos años de aprendizaje siguiendo la estela de los libros
infantiles al uso, cuajados de tonterías y frases simplonas. De todos modos,
este relato, aunque pudiera ser mejor, es suficientemente interesante como para
recomendarlo.