Autor: Marcus Zusak
En
la Alemania nazi, la hija de unos comunistas es acogida por una familia para
protegerla de la persecución que sufren sus padres. También refugian en el
sótano a un judío, hijo de un amigo del padre. La niña descubre la lectura
robando libros a la mujer del alcalde. Y eso le ayuda a sobrellevar la guerra
que, por otra parte y con frecuencia, no es vivida por los niños con la crudeza
real que sí soportan los adultos.
Quien narra la
historia es la Muerte, lo que resulta un gran acierto. A mi parecer sus reflexiones son lo más
logrado de la novela. Por lo demás, no deja de ser una historia de nazis y
judíos que tantas veces hemos visto. Y la narración es algo deslavazada. Quizá
el tema me resulta recurrente o quizá el nivel literario no es muy elevado.
Pero algo ha impedido que disfrute con su lectura y finalmente se me haya hecho
bastante pesada.
Me hubiera
gustado encontrar más protagonismo de la Muerte, que es dibujada con bastante
dulzura y que recoge a las almas con delicadeza y comprensión, dedicándoles
algunas frases preciosas cuando el fallecido las merece. Sin duda es el mejor
personaje.