Autor: Marc Levy
Un niño sin nombre se siente muy
solo cuando cambia de colegio y su padre los deja por otra mujer. En ese estado
de abatimiento descubre que posee un don especial. Es capaz de hablar con las sombras
de otras personas. Y ellas le reclaman para que ayude a sus propietarios a
resolver situaciones que les atrapan o les generan sufrimiento. Toda la
historia gira en torno a la empatía. No sólo se pone en los zapatos del otro,
si no en su sombra y en su alma. Tiene la capacidad de ver lo que hace infeliz
a la gente. Que, a menudo, no es lo que
nos parece a primera vista. Y se pone en marcha utilizando este poder siempre
para aliviar a quienes le rodean: su madre, sus amigos, sus vecinos, sus amores…
Llama la atención que nunca se sirve de esta capacidad para infligir el mal o sólo
para su propio interés, lo cual muestra un alma realmente bondadosa. ¿Habríamos
obrado así todos? Ahí lo dejo.
Esta historia
mágica y dulce nos habla de amor maternal, de recuerdos de infancia que
impregnan toda la vida, del primer amor, de amistad inquebrantable, de culpa, y
de ayuda.
Con una
literatura no demasiado brillante, pero muy ágil y amable, esta novela nos
recuerda que todos tenemos algún don, a menudo unos cuantos. Es posible que nuestros
talentos nos parezcan ridículos o inservibles, e incluso anhelemos aquellos que
adornan a otros más afortunados. Pero de cómo los manejemos puede depender la
felicidad. Y tengo para mí que ésta aumenta si los utilizamos generosamente en
beneficio de otros.