Autor: Julio Muñoz
Gijón
Nos
encontramos ante una novela policiaca delirante, costumbrista, heredera de la
tradición de la comedia de situación española, en la que los personajes son
caricaturas de la realidad y la trama es un enredo detectivesco delirante. Al
autor le sirve para presentarnos tipos castizos y sevillanos extremados en sus
caracteres pero que, sin embargo, podemos reconocer porque los tópicos son el
resultado de la realidad llevada al infinito.
La historia
gira alrededor de varios interesados en conseguir a cualquier precio un vinilo
de los años veinte sospechosamente precursor de “La Micaela” de los de La
Charca. Detrás de él, por distintos motivos tenemos a Megías, sevillano
pinturero y conseguidor, y Pichi, madrileño castizo cuyos hermanos heavys están
secuestrados y torturados sometidos a la escucha constante de reaggeton. Estos
personajes son el remedo de los hermanos Alcázar, que podemos encontrar en todo
momento en la Gran Vía madrileña. Como estos, también se reconocen otros
personajes populares.
Y así, con una
sucesión cinematográfica de aventuras, donde aparecen chulapos, pensionistas,
hermanos cofrades, músico, sicarios, políticos corruptos y otros individuos, va
discurriendo la novela.
Una comedia
sainetera llena de tópicos y chistes que nos hacen pasar un rato muy divertido,
pero que, si prestamos un poco de atención, comprobamos que también nos habla
del poder de la familia, de la importancia de la oración y la fe y de lo interesante
que es tener nuestra propia cultura que, sin embargo, no debería abocarnos a la
exclusión de otras.